Las causas del sufrimiento, cómo identificarlas en la vida cotidiana y qué hacer para superarlas

Este artículo es el primero de varios en los que explicaré las causas del sufrimiento desde la perspectiva budista, vinculándolo con el modelo de Terapia Centrada en la Compasión (CFT por sus siglas en inglés – Compassion Focused Therapy) creado por el psicólogo inglés Paul Gilbert. Intentaré ser lo más aterrizado a la realidad concreta del ciudadano de a pie, de manera tal que podamos identificar estas causas en nuestra vida cotidiana y luego hacer algo para gestionarlas de alguna forma que nos permita ser más felices.

Dado que las causas del sufrimiento son variadas, ya que se identifican más de veinticinco, inicialmente me centraré en sus características generales y, a continuación, en las tres principales que son llamadas “Los 3 Venenos” y que corresponden al deseo, la aversión y la ignorancia. Luego, abordaré el resto de las causas primarias que son el orgullo, el escepticismo y las visiones erróneas.

Nuestra existencia condicionada

Para la doctrina budista el ser humano se encuentra en un estado de existencia condicionado por sus acciones y emociones aflictivas denominado Dukkha, cuya traducción al castellano es sufrimiento, frustración o insatisfacción. Este estado se refiere a que todos nacemos, crecemos, decaemos y morimos, y en este proceso somos susceptibles de padecer cualquier tipo de enfermedades, accidentes, dolores y sufrimientos. Nadie puede escapar al malestar físico o emocional en muchos momentos de su vida. Dentro del modelo de Terapia Centrado en la Compasión (CFT) este es uno de los tres aspectos que componen lo que se denomina nuestra “Humanidad Compartida”, es decir, algo que todos los miembros de la especie humana tenemos en común.

Las causas del sufrimiento: Emociones y Pensamientos Aflictivos (Kleshas)

En este estado de Dukkha, las causas del sufrimiento, frustración o insatisfacción son las emociones y pensamientos aflictivos (kleshas) o solamente aflicciones.

La característica principal de las aflicciones es que surgen como una perturbación que altera el cuerpo y la mente de la persona. Veamos un ejemplo para entenderlo.

Supongamos que un día nos encontramos en nuestro lugar favorito como la playa, la montaña, nuestra casa o el que cada uno prefiera. Despertamos de buen ánimo y no sentimos ninguna tensión física, ni emocional. Nos encontramos en un estado de flujo con el devenir de la existencia. En condiciones normales, este sería nuestro estado de calma. Pero en un determinado momento, recordamos un problema con un colega de trabajo ocurrido durante la semana. Revivimos las emociones de rabia y ansiedad relacionadas con la situación y en nuestro cuerpo sentimos la tensión de ese momento, por ejemplo, en el cuello o el abdomen. Lo que ha sucedido es que un recuerdo o pensamiento ha provocado emociones negativas y tensión corporal, perturbando nuestro estado de calma. Esta perturbación física y mental es la característica más básica de las emociones y pensamientos aflictivos que causan nuestro estado de insatisfacción.

La otra característica de las aflicciones es que impiden que la mente perciba la realidad tal cual es, o sea, establecen una distancia entre la apariencia y la realidad. Esto se podría analizar en diferentes niveles, pero en lo más cotidiano, y siguiendo el ejemplo anterior, se refiere a que las situaciones son interpretadas y actuadas principalmente desde el prisma de la emoción o pensamiento dominante en ese momento (concepto de “Mentalidad Social” en CFT), por lo tanto, se limita la capacidad de pensar y actuar de una manera pacífica, ecuánime y ajustada a los hechos. Por lo tanto, si estamos enojados, nuestro foco de atención va a estar restringido solo a aquello que nos molesta, el razonamiento va a estar orientado a justificar el enojo, vamos a comportarnos de una forma agresiva o a demostrar desagrado y, probablemente, nuestras fantasías van a estar relacionadas con la posibilidad de provocar o recibir daño. En fin, todas nuestras facultades mentales van a estar alineadas con la emoción de enojo o disgusto. Situación muy distinta a la que ocurría mientras estábamos en estado de calma, donde el foco de atención normalmente es más amplio porque es capaz de posarse sobre diferentes objetos, podemos razonar de una forma más reflexiva y menos comprometida con una emoción en particular, nuestra conducta es más calmada y exploratoria, y nuestras fantasías más positivas y variadas.

En síntesis, las emociones y pensamientos aflictivos generan una alteración que provoca malestar en nuestro cuerpo/mente, así como distorsiones cognitivas que nos impiden ver las cosas tal como son, llevándonos a actuar de formas insatisfactorias o disfuncionales con consecuencias para nosotros y nuestro entorno familiar o social.

Desafíos y antídotos

Los desafíos y antídotos son variados y dependen de la aflicción que nos afecte y las condiciones particulares de cada persona, pero un primer paso es comenzar por prestar atención plena (mindfulness) a nuestras emociones. En ese sentido, el acrónimo RAIN nos puede ser bastante útil:

R - Reconocer lo que está pasando dentro de nosotros.

A - Aceptar y permitir que nuestra experiencia sea lo que es.

I - Investigar nuestra experiencia, mirando de cerca lo que está pasando dentro de nosotros.

N - No identificación, que significa observar nuestra experiencia sin volvernos uno con ella.

Continuará...

Llegaremos hasta aquí con la exposición sobre los antecedentes, principales características de las emociones y pensamientos aflictivos, y una breve sugerencia de abordaje. En los próximos artículos veremos cómo el deseo, la aversión, la ignorancia y otras aflicciones actúan sobre el cuerpo/mente de las personas generando este estado de sufrimiento o insatisfacción en la vida cotidiana que es Dukkha, y algunas recomendaciones o antídotos más específicos para superarlas.

Bibliografía

Asanga (s. IV d.C.). El Compendio del Abhidharma. Traducción de Upasaka Losang Gyatso (2014).

Gilbert, Paul (2015). Terapia Centrada en la Compasión. Editorial Desclée de Brouwer.

Gyatzo, Tenzin - Dalai Lama (2002). Las cuatro nobles verdades. Editorial Plaza y Janes.

Kolts, Russell & Chodron, Thubten (2015). An open-hearted life. Editorial Shambala.

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